El 5 de julio no puede pasar desapercibido ni en los medios de comunicación, ni en el corazón de los españoles, porque es el triste aniversario de las dos leyes el aborto. La primera, en 1985, abrió la puerta a la muerte de los inocentes y el silencio mediático y el acostumbramiento social le permitieron instalarse cómodamente en España. La segunda, en 2010, convirtió al aborto, el acto más infame e injusto, en un pretendido derecho que exige y arrasa como si la ley pudiera cambiar la verdad de los hechos. La cultura de la muerte sigue avanzando, con la indiferencia y omisión del Tribunal Constitucional, y una nueva ley en ciernes empeora aún más la situación del no nacido, de las madres, de los profesionales de la medicina. Pero durante todos estos años, no todos han mirado hacia otro lado, ni se han lavado las manos, pues además de no callar ante la legitimación de esta violencia contra el ser más inocente y contra su madre, han sido una ayuda real para que decenas de miles de niños hayan podido nacer, y sus madres no se hayan sentido solas, presionadas y abandonadas. Las asociaciones Provida, que no bajan los brazos, son el signo del inconformismo más justificado, de la absoluta confianza en que las cosas pueden y deben cambiar.
Todavía está caliente la gran manifestación que ha unido a más de 200 asociaciones en defensa de la vida, pero también de la verdad, de la naturaleza humana, de los auténticos derechos. Una de las pancartas rezaba: ¡37 años bastan! El debate nunca ha estado cerrado pero hoy está más vivo que nunca y planta cara a la ingeniería promuerte y sus negocios. La sentencia de Estados Unidos ha sido un golpe determinante por reconocer algo tan obvio como que una mujer embarazada lleva dentro un ser humano y que no puede existir en su constitución el derecho a quitarle la vida. Es un paso importante y esperanzador.
Hoy 5 de julio, junto a la tristeza infinita por todas y cada una de las vidas segadas por el aborto, hacemos un llamamiento a quienes tienen en sus manos una decisión tan trascendente para la vida de millones de seres humanos y a toda la sociedad porque Es tiempo de avanzar, es hora de decir ¡basta!